¿Bipolares?

Según los expertos, la persona que padece “bipolaridad” presenta ciertas manifestaciones extremas de dos estados de ánimo fundamentales relacionados con el polo depresivo por un lado y el polo maníaco o de euforia por otro. Debido a esto, en la persona “bipolar” fluctúa el estado anímico de forma cíclica e inconsistente, sufriendo por momentos una depresión grave o crónica, y de repente un estado eufórico extremo.
Ahora bien, dejando de lado las opiniones especializadas y basándonos en cuestiones empíricas por excelencia (basándonos en las experiencias de la mayoría de nuestras congéneres) diremos que la persona “bipolar” presenta determinadas características irrepetibles de las que, por nuestra salud mental, tendremos que huir tarde o temprano, a saber: hombres jóvenes (de entre 30 y 45 años) preferentemente solteros o divorciados (es decir sin compañía femenina pero en busca de ella), con buen ingreso económico (como para ser un “soltero codiciado”) y un trabajo envidiable.
Suelen ser hombres atractivos, tiernos en el trato y prometedores como potenciales “partidos” volviéndonos locas de amor en tan sólo, la segunda cita.
Por lo general son hombres extremadamente caballeros y atentos, dándonos la mayoría de nuestros gustos cada vez que pueden hacerlo. Son puntuales y les gusta asistir a eventos VIP para destacarse de la multitud con la cual compiten y siempre están impecables para un cocktail de último momento.
Suelen además usar perfumes importados y vestir marcas exclusivas, haciendo demasiado hincapié en el buen vestir, el buen viajar y el buen comer (entiéndase “comer” a todo tipo de ingesta de bebidas y alimentos y a la otra forma de “comer” también)
Debido a lo anterior “el bipolar” suele ser ese que nos atiende como reinas, nos lleva a pasear a lugares exóticos y nos regala los mejores regalos que podrían hacernos. Nos tienen en cuenta para momentos especiales y jamás olvidan el día de nuestro cumpleaños sin embargo, por bipolares que son, desaparecen cada dos por tres olvidándose que existimos. Vuelven a su estado inicial (por no decir que vuelven a su “hogar familiar”) y dejan de llamarnos por unos días, de invitarnos a cenar y de hacernos lindos regalos porque la “jermu” que tienen en casa les pide tiempo y espacio.
Por error o no tanto, un buen día descubrimos accidentalmente que por muy solteros o divorciados que se proclamaban los “bipolares”, en verdad esconden un álbum de casamiento y una alianza bajo la manga y lo que es peor, una hermosa navidad familiar con Sra. e hijos (muchos de ellos), unos suegros adorables y la maestra del jardín de infantes de su niños que los adoran por lo presente que están en cada acto escolar, una hermosura de familia si no fuera por nosotras, las “segundonas” (¿Habrá definición alguna en la Real Academia Española?) que durante mucho tiempo soñamos con vestido blanco tarde o temprano y con una vida en familia con el susodicho.
¿Bipolares para nosotras? Esos hombrecitos que andan por el mundo conquistando voluntades femeninas cuando en casa los espera “la bruja” y las dos hermosas nenas que tienen por hijas. ¿Nosotras? Definitivamente no entramos en ese hermoso árbol genealógico de los “bipolares” de los cuales nos enamoramos profundamente alguna vez y a los que tendremos que dejar ir tarde o temprano, para empezar a ser de una buena vez, la “bruja” que los espera en casa con la comida lista. ¿Ser o no ser? Esa es la cuestión después de todo.

Por Julieta Gáname (Texto publicado en el suplemento "Mujeres al día" del diario Día a Día - Agosto de 2010)

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno , me parece genial , el abordaje a temas cotidianos desde el humor, hoy entro por primera vez a este blog y es prometedor , yo te voto

Como para encontrarle la vuelta al mundial!!! (se hace lo que se puede chicas!!!)